Existe una gran confusión acerca de la edad idónea para comenzar un tratamiento de ortodoncia. Es recomendable que la primera visita a un ortodoncista sea cuando erupcionan los primeros molares permanentes (alrededor de los 6-7 años) aunque, por regla general, lo ideal es comenzar el tratamiento de ortodoncia cuando los niños han realizado el cambio completo de todos los dientes, que suele ser entre los 12 y 14 años y que además suele coincidir con el pico de máximo crecimiento puberal, momento ideal para hacer el tratamiento ortodóncico y ortopédico.

Existen algunas excepciones que requieren un tratamiento más temprano, como son aquellos problemas disfuncionales que pueden afectar al crecimiento facial o un problema transversal con mordida cruzada posterior y desviación de la línea media dental que puede favorecer en caso de que no se corrija un crecimiento facial asimétrico.
Estos problemas además tienen una solución mucho más sencilla a edades tempranas. Cuando existen discrepancias óseas severas entre las arcadas, hay que recurrir en muchos casos a cirugía para poder solucionarlas en el caso de los adultos. Sin embargo en el caso de niños y adolescentes en desarrollo, es posible aprovechar el potencial de crecimiento óseo remanente en nuestro beneficio para poder solucionar maloclusiones y problemas estéticos severos tratando de evitar la cirugía.